En varias oportunidades hemos hablado de las prioridades que tiene la administración municipal al momento de establecer sus políticas de gobierno, a nuestro juicio equivocadas, y el caso de Zárate Basket es un claro ejemplo de ello.

Mientras Zárate era noticia en los medios nacionales por la vacunación fraguada del intendente Osvaldo Cáffaro, el equipo de básquet municipal jugaba un partido amistoso en el estadio Carlos Vasino del Club Paraná contra Luis Luciano de Urdinarrain, y ¿Quién estaba en la cancha alentando a su equipo? El intendente municipal Osvaldo Cáffaro.

Sí, el Intendente Municipal Osvaldo Cáffaro validaba con su presencia la violación de los protocolos que el propio Municipio implementó y que están disponibles en http://www.zarate.gob.ar/coronavirus-covid-19-dispo/ y que no incluyen la práctica de deportes colectivos en ámbitos cerrados… a menos que Zárate Básket tenga su propio protocolo o bien que Zárate Basket tenga coronita, como decíamos cuando éramos chicos.

Los clubes sociales, razón de ser del proyecto de Básquet para todos según el Intendente y por supuesto para toda la claque que lo defiende, que por cierto cada vez son menos, no pueden organizar partidos en sus canchas, deben practicar siguiendo rigurosos protocolos que no están disponibles en la página web municipal, obligando a los niños a mantener riguroso distanciamiento social, mientras el equipo profesional del intendente juega partidos amistosos y se florean en las redes sociales divulgándolo.

El profesor Daniel Poletti, el mismo que filmó un spot invitando a anotarse para la vacunación y dado que no está entre los grupos prioritarios imaginamos no recibió la vacuna, publica y publicita en las redes como el equipo fetiche de Cáffaro jugaba en Paraná.

¿Cuál es el protocolo que se siguió en este caso? ¿Por qué no se comparte el mismo protocolo para que todos los clubes del Distrito puedan aplicar los mismos criterios? ¿Por qué un equipo de básquet profesional puede darse el lujo de jugar un partido amistoso mientras las categorías formativas ni siquiera pueden compartir la pelota?

La Liga Nacional de Básquet estableció un protocolo especial para el desarrollo de la competencia que solo es aplicable a dicha categoría, implementando ‘burbujas’ para garantizar la salud de quienes juegan y evitar posibles focos de contagios, ¿Todos quienes jugaron el lunes en la noche en Paraná tenían un PCR del día con resultado negativo? ¿Y los cuerpos técnicos? ¿Y quiénes oficiaron de autoridades? ¿Y los espectadores? Porque por si fuera poco hasta espectadores había.

¿O acaso los jugadores de Zárate Basket recibieron la vacuna Sputnik V?

¿Será que necesitan amortizar los sueldos de varias decenas de miles de pesos que cobran los jugadores del plantel y por eso organizan partidos? ¿Será que como el año pasado cobraron sin jugar ahora quieren recuperar el tiempo perdido?

Resulta inverosímil la realidad que vive Zárate. Los vecinos se quejan que no tienen agua potable (porque agua de lluvia en las calles sobra cada vez que hay tormenta) y les sobra inseguridad. Los funcionarios mienten y ocultan información a los vecinos, pero el circo sigue a pleno.

¿Alguien puede defender mantener un equipo municipal de básquet profesional en la situación actual? Qué importa que se hayan llenado estadios con menos de cinco mil personas con entradas regaladas o que en las cuatro esquinas céntricas de una de las ciudades se hable de básquet cuando hay tantas necesidades.

¿Puede haber tanta impudicia de florearse publicando fotos de un partido del equipo municipal de básquet cuando Zárate está en emergencia sanitaria y tiene prioridades más urgentes?

¿En qué piensan los funcionarios locales cuando actúan así? ¿El Intendente Cáffaro, que debería estar pidiendo perdón a los vecinos por haberles mentido, se pasea por una cancha de básquet participando de una actividad que su propio gobierno no autoriza?

Para Cáffaro Zárate es una joda… pero cuidado, para los zarateños no.